Raza++
RAZA PARA LA GENTE; RAZA PARA LAS CIENCIAS: EPISTEMOLOGÍAS INCOMPLETAS
Como principio, cuando dos proposiciones contradictorias resultan ambas verdaderas, entonces existe un problema de definición. Luc Faucher se da cuenta de esto en su Biofilosofía de la Raza, y diferencia dos conceptualizaciones de raza, una popular y otra de las ciencias, a las cuales denomina con el subíndice f o s, respectivamente (según sus iniciales en inglés, /folk/ y /science/). La inconsistencia en las definiciones populares, sin embargo, se reinscribe como problema de las ciencias cuando quien hace ciencia hace uso de definiciones y/o caracterizaciones de raza preexistentes. En particular, el problema de las diferenciaciones del censo de EE.UU. aparece irresoluble en tanto las razas que identifica no se sustentan en principios transversales.
La distinción de raza que da origen a la racialización en Estados Unidos, sin embargo, precede históricamente tanto a a la metrópolis cosmopolita contemporánea como a la masificación de las comunidades virtuales. Esta última, si bien abre el espacio a la reclamación lingüística de las terminologías históricas de cualquier grupo racializado, potencia también la discusión cultural: los medios que recientemente se independizan del discurso hegemónico lo hacen en tanto sus capacidades y según su necesidad--parafraseando la teoría del apoyo mutuo del naturalista anarquista Piotr Kropotkin.
La convivencia no virtual, por su parte, en ambientes con migración constante, implica la necesidad de una distinción de origen, al menos referencial, para la que, en el caso estadounidense, no existe subtipo dado. En otras palabras, las categorías de distinción resultan hacer uso de la palabra raza por falta de contenedores lingüísticos suficientes, y es el concepto popular de raza el que, o se vuelve maleable en su inclusividad, o se fragmenta en agrupaciones más pequeñas. Todas, sin embargo, son primero denominaciones de origen que buscan identificar fronteras endo-/exogrupo: los estereotipos raciales y la racialización son posteriormente asignados en base a observaciones cotidianas que hacen uso [o no] de recursos cognitivos y sensoriales hasta que las prácticas le hacen sentido al observador, sea en la identificación de un par (reconocimiento de un nosotros), o en la categorización de un extraño.
Nada de esto, sin embargo, refuta la posibilidad de que existan clusters genéticos correlacionados con poblaciones geográficamente circunscritas. Las intuiciones sobre los límites del yo/nosotros y el comienzo de la alteridad que puedan tener los grupos humanos no invoca necesariamente primordialmente nociones propiamente raciales. Raza es una categoría compuesta y, por lo tanto, posterior cognitivamente, y todo esencialismo no puede ser más que una observación sostenida culturalmente por un subgrupo respecto de otro. El modo de pensar esencialista, debe notarse, no implica racialización por sí solo--también ocurre según sexo, género, edad, capacidades cognitivas, disposición al humor, afectividad--sino que es suficiente solo para explicar teorías del yo y la extensión que le atribuye a su mente.
Una forma de refutación psicológico evolutiva que no caiga en petición de principio (mente racialista concluida en base a observaciones ya agrupadas en racializaciones) ni proyecte conceptualizaciones cosmopolitas de raza (f y s) a profundidades temporales arbitrarias (arbitrarias en tanto no hay razones para pensar que no son prehumanas, por un lado, y no hay certeza de que haya transcurrido suficiente tiempo profundo, por otro) debe probar que (i) los rudimentos fisiológicos están (i.a) presentes en otras especies de nuestros taxones o (i.b) que el tiempo ante las presiones pro capacidad de racialización ha sido suficiente y su intensidad la necesaria, y (ii) que estas mentes racialistas son de hecho racialistas, y las mismas prácticas no pueden ser explicadas por dimensiones inmediatas de reconocimiento del otro.
Personalmente, desde un metanaturalismo anarcoprimitivista (metanaturalismo en tanto toda tesis se hace cargo de las refutaciones y de la carga histórica que hablar de categorías naturales), dudo de cualquier estudio que pretenda extrapolar resultados metropolitanos a cuestiones de naturaleza únicamente humana. En mi experiencia, la estadística urbana dice más sobre todo aquello que nos falta en tanto primates, y evidencia la carencia de sus objetos de estudio, y no su naturaleza.
Si hace doce mil años no conocíamos la hiperdensidad poblacional ni los departamentos hacinados en una metrópolis de producción de servicios intrascendentes, entonces estamos bajo un esquema de presión selectiva imprecedentemente rápido que debería arrasar con todos aquellos que no tengan acceso a esos genes y colapsar por su propio peso, pero no es así. La metrópolis entiende que avanza más rápido que lo que la genética puede acelerar, y lo resuelve con medicación y filosofías contra el estrés. La medicina y la biomedicina son la nueva evolución. Que las razas las usen quienes necesitan ser raza, y si las ciencias quieren falsear las tesis tienen que, primero, saber qué gatilla cada alelo y, segundo, correlacionar primero agrupaciones por cluster de fenotipo, y después comprobar similaridades genotípicas: en un mundo palimpsesto, la ingeniería debe reconstruir a la fuerza, y luego falsear según genética, en lugar de agrupar por grupos continentales que ya sabemos llevan siglos de intermigración para luego concluir que su raza no dice nada.
Oscar Eduardo Gamboa
5.17 am 14 sep. 2022
CÓMO CONCEPTUALIZO MI RAZA, PREGUNTA LA ACADEMIA
No lo hago, realmente. Crecí en Villa Alemana y Valparaíso en épocas con escaza migración, y esta pregunta me toma un poco fuera de lugar, porque, sinceramente, siempre me pareció que éramos todxs bastante iguales. Pero éramos todxs iguales excepto lxs que no eran iguales, y, en ese sentido, sí puedo recoger recursos microhistóricos en otros formatos, a lo largo de mi vida--aunque me ha tomado siempre con sorpresa--, e intentar alguna caracterización a partir de ellos.
/Otrxs/ conceptualizan mi raza, pero siempre en conjunción con mis otros rasgos fenotípicos, y siempre en comparación con mis pares. Sé que la mitad de mis primxs somos más blancxs que la otra mitad, por ejemplo, pero no podría decir que somos de razas distintas. Sé también que no soy tan blanco como el ANS--un amigo de la infancia--, porque él, sus dos hermanos y su mamá eran tercera y segunda generación de alemanes viviendo acá, y el pelo rubio y delgado destaca en los territorios de clase media-baja--y lo hacía aún más en los 90--pero su hermana, RNS, tenía el pelo negro y, si no supiera su historia, no podría decir que nuestras razas son diferentes, ni conmigo ni con mis primxs. (Uno de sus hermanos, sin embargo, capitalizó sus colores, su apellido y su talento, para profesionalizarse en bellas artes, es pianista de orquesta sinfónica.)
Sé también que /soy/ vasco, y que fue mi tatarabuelo materno el primero en aparecer en Sudamérica. Entre Olmué y Limache, zonas rurales de la quinta región, aparición un vasco profesional y con alfabetización fluida hace algo más de cien años, y hasta ahora esa zona lleva su nombre: lo Gamboa. Cuando me enteré de esa ancestría lo primero que hice fue alardear sobre mi linaje terrorista--en alusión al ya pacificado frente separatista vasco Euskadi Ta Askatasuna (ETA)--pero más allá de esa broma entre amigxs no hay nada del País Vasco que nadie de mi familia sepa, salvo que su lengua es el euskera, del que tampoco sabemos nada.
Soy, entonces, algo blanco y no tengo rasgos toscos excepto mi mandíbula, tengo capacidad pulmonar sobre el promedio y destaco tanto en deportes como en análisis geopolítico; no soy de baja estatura y parezco criollo español. Nada de esto alude a mi raza, pero todo esto junto era una joya desperdiciada para los neonazis villalemaninos que por años me intentaron reclutar, a pesar de nuestras largas batallas por territorio de mediados de los 2000 entre skinheads y punks anarquistas 'contra el prejuicio racial' (SHARP, por sus siglas en inglés) y los skinheads neonazis (en los que uno de mis primos más moreno sí participó). "Un desperdicio que unos jóvenes caucásicos no canten el himno nacional", nos dijo a mí y a JC--expolola y compañera de cuarto medio, en 2009-- un subdirector y profesor de Historia. Solo pude explotar de risa y bromear con JC antes de preguntarle cómo se le ocurría recurrir a un esquema racial para defender emblemas patrios. Todo el equipo docente estuvo de nuestro lado y no lo volvió a hacer.
Mi raza es así, entonces, a veces caucásica, a veces española, a veces blanca, pero, en general, invisible, porque no tengo, porque la raza solo emerge en la diferencia y en los encuentros masivos. Todo lo que existe en una ciudad pequeña como Villa Alemana es gente con un par de abuelos indígena y gente con un par de abuelas europeas, pero, en general, nadie podía en ese pueblo hablar realmente de raza hasta las oleadas de migración haitiana. De eso, sin embargo, queda mucho por discutir.
Oscar Eduardo Gamboa
12.03 am 14 sep. 2022
PIGMENTACIÓN SEGÚN ZONA GEOGRÁFICA, METABOLIZACIÓN DE VITAMINAS Y EXPOSICIÓN ULTRA VIOLETA
En esto hago trampa, porque lo conversamos en detalle en clase.
La fotoprotección tiene bajo imparco evolutivo porque es aparente en etapas posteriores a los ciclos de reproducción, entonces la variación poblacional de la pigmentación no se centraría en el aprovechamiento de este recurso como eje principal.
La protección contra la fotolisis del ácido fólico de la vitamina B9 que sostiene la síntesis y reparación de ADN, producción de melanina y metabolización de aminoácidos, sin embargo, trabaja como la contraparte de los requerimientos de vitamina D y la síntesis cutánea de vitamina D3 vía fotones UVB en ciclos de calcio, mineralización, y crecimiento de los huesos:
La producción de melanina, entonces, se regulará en torno a su relación con los keratoncitos susceptibles a la exposición al sol según tipo y cantidad (de melanina), y cantidad de melanocitos, y es esta relación, entonces, la que es directamente proporcional a la exposición al sol y, por tanto, geográficamente correlaciona color de piel con cercanía al ecuador: cerca del Ecuador, más protección contra la fotolisis de ácido fólico ; lejos del Ecuador, más eficacia en el procesamiento de la vitamina D.
Altua, humedad, vegetación y temperatura influyen en conjunción con la exposición al sol en el desarrollo de las características de la piel.