Primerísima Carta de Odio: respecto de un muñeco, de un reemplazo en el minuto 79, cuando el diez titular se va a la banca por lesión.

no sabía que podía sentir tanto odio y tanta rabia, ni estar tan decepcionado, incómodo e intranquilo. es tan vacío y tan genérico; pobre, con intención de entrega, pero incapaz y ciego. es sordo, quizá, o en volá solo no tiene retorno; bien encuadrado, profesionalmente armónico y con la presentación limpia, pero sin sustancia, imposibilitado de caer en trampas, no conoce el musgo--aunque le encantan sus colores--estéril, aburrido, para nada torpe, exactamente lo necesario.

    es triste y me entristece. veo, porque solo sé ver, cuando miro, y escucho, porque no puedo sino escuchar, cuando pongo atención, pero es no poder hablar lo que me lo atraganta justo abajo de las amígdalas. me enfurece que me importe, porque sé que ni siquiera gritando podría sacármelo de la cabeza. me interesan demasiado su arte estéril y sus palabras desde el plagio, y cómo se le levantan monumentos a una profundidad ausente que no logró porque nunca la buscó, porque no la tiene ni sabe que existe, ni se le ha ocurrido mirar; monumento a su plagio bien intencionado, porque no sabe que es posible un original. imitación.

    su arte es estéril y sé que no puedo ser el único que lo esté viendo. ¿están todxs involucradxs en sostenerlo? ¿todxs lo tienen claro y yo soy el único que no sabe jugar? ¿todxs intuyen lo que pa mí es así de evidente? ¿es una de esas cosas de las que no..

    todxs lo saben, ¿cierto? y yo debería callarme. todxs lo saben, pero de eso no se habla, porque cuando se habla ya no se puede ignorar. todxs lo saben, ¿cierto? y las palabras no existen porque solo difusa es realizable la verdad. su arte estéril es la justa medida, y ustedes eligieron transitar en la mentira y evitar mi boca incómoda que nunca entiende los guiños ni el silencio, y a mi cuerpo alerta cuando prevé la muerte e intenta el freno antes de que entren al error.

    es un error.