Vil autoplagio: Foucault y Wittgenstein reciclados de años anteriores

2. Refiérase a la relación entre libertad y regla en los juegos de lenguaje. ¿En qué sentido el lenguaje es imprevisible?

Las reglas del lenguaje más bien muestran cómo, en lugar de delimitar tajantemente: en el uso de la lengua resultamos estar familiarizados con expresiones por el hecho de estar sumergidos en contextos de uso de aquellas herramientas lingüísticas.

Las palabras no encierran las reglas. Las formas de usar el lenguaje, de manipular sus herramientas, son variables en el tiempo, están en constante flujo y reformulación. Como no existe una norma que delimite el uso de la palabra en lenguaje natural, el uso de esta por personas que la entienden en términos difuminados y no estrictos hace que la palabra mute mientras es utilizada.

En la práctica siempre hay espacio para la interpretación. Así como una señal directora puede indicar mucho más que lo que estamos acostumbrados a asumir que indica, las reglas sobre cómo usar el lenguaje permanecen abiertas a reinterpretaciones y, como hemos mencionado incansablemente, a reconfiguraciones propias de cualquier categoría que deba su posibilidad de ser entendida al uso que personas que no lo entienden rígidamente, sino de forma difuminada, hagan de ella.

En términos sencillos: el lenguaje es difuso; las personas no lo entienden por medio de definiciones duras; las personas se entienden porque sus nubes de entendimiento pueden ser usadas en la práctica; por lo tanto, el lenguaje muta y se reconfigura según cuáles sean los usos que le son permitidos.

En antropología hablamos de idiomas culturales, los cuales canalizan las prácticas como se poda un arbusto, y reconfiguran a la persona y sus particularidades en formas de actuar, en prácticas que son entendidas, que tienen sentido para el resto y para sí. La individualidad está supeditada a las estructuras que la van moldeando. Aquello que no calza, pero tampoco cae demasiado lejos, se re-entiende, se reformula y se reintegra convertido e inteligible. Así funciona el lenguaje también: cuando no hay expresión para un concepto, sea porque este es extranjero, sea porque está recién surgiendo, sea porque está en desuso, recurrimos a cualquier forma que esté a la mano para procesar su existencia y poder integrarlo en el patrón de cosas de las cuales se puede hablar.

La precisión, entonces, es de intensidad arbitraria. Primero, la inexactitud no implica la imposibilidad de utilización, pero segundo y más importante, la precisión misma también es relativa. “Debes venir a comer más puntualmente” contiene grados abismales de diferencia en lo que a precisión temporal implica que la “precisión del tiempo en un laboratorio”. Precisión se dice de muchas formas; las palabras se dicen de muchas formas. Todo su contenido está dado en el uso. En esto radica lo imprevisible del lenguaje.

4. Las resistencias, argumenta Foucault, son el otro término en las relaciones de poder. Desde esta perspectiva, reflexione sobre los sujetos hablantes, sus juegos de lenguaje y la posibilidad de nuevas “formas de vida”.

Las personas, expertas usuarias de la lengua, y que llevan a cabo actos en su cotidianidad, no son propiamente sujetxs sometidxs a presiones de poderes externos institucionalizados para el ejercicio del control. Por el contrario, el poder emerge desde el flujo comunicativo de las personas a medida que las mismas enactúan su vida y performan frente a otras. Sigo a Tim Ingold, a Christina Toren, a Wittgenstein, a Andy Clark, a Gananath Obeyesekere y a Nietzsche, aparte de mantenerme con Foucault, cuando propongo lo siguiente: las personas realizan actos—de habla y no—que significan cosas que son entendidas tanto cuanto se adecúen a patrones que ya existían antes. Dentro de estos marcos estructurales, los cuales preceden a la persona, reside la posibilidad del cambio. Mientras los actos permanezcan inteligibles por las demás personas, se mantendrán dentro de canales culturales en los que la cultura se mueve como el río fluye: cada corriente, en su movimiento, mueve al río completo, así como el río completo va determinando en cada instante las posibilidades del movimiento de las corrientes. Propongo esta forma de entender explícitamente a Foucault y su visión epistemológica, a través de la comunicación con Wittgenstein, que ha concluido en una línea similar de pensamiento, a pesar de no reconocer en él al precursor de su forma de pensar. Expongo un pequeño punteo a modo de síntesis:

 

-           El lenguaje emerge de la interacción entre las formas de usar las palabras y los gestos.

-           Cada persona resulta entender el mundo según lo que las condiciones materiales le han posibilitado entender.

-           Decimos que alguien entiende cuando es capaz de poner en práctica.

-           Las prácticas serán ligeramente distintas en sus márgenes.

-           Esto hace posible el cambio del lenguaje.

-           La mutación es constante: en todo momento el lenguaje se va resignificando, aunque no sea notorio a simple vista.

-           Cualquier regla dependerá de un determinado instante.

-           No se pueden extraer reglas que violen el principio de mutación.

Solo podemos conocer en nuestros propios términos culturales, y no hay tristeza en entendernos falibles: después de todo, fallando se reestructura el mundo, y estando en él se erosionan los fondos que sostienen a nuestra hidrografía cultural.

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muerta su función, un actor inerte se vuelve agente a través de la resignificación continua y recurrentemente impregnada en su materialidad. la ciudad se encarga del mantenimiento de monolitos espontáneos, haciéndoles participar de su propio flujo cultural, hasta que tanto lo artificial como lo fantasmagórico aparecen únicamente en el ejercicio analítico: la agencia emergente es, en este punto, autopoyéticamente patente.

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